lunes, 6 de abril de 2009

Realismo Mágico en el Periodismo Parte II

En cuanto al estilo, García Márquez ejerce un esfuerzo magistral para contener su imaginación literaria y escribir de una manera sobria, escueta, sin confundir al lector en una serie de figuras retóricas y frases enrevesadas. Al igual que explica Grijelmo en El estilo del periodista, en este reportaje “los números son fríos. Los personajes, cálidos… con la adecuada mezcla entre unos y otros podemos templar el texto” Ése es su mayor mérito, recurrir a fuentes tan humanas y tan subjetivas como los recuerdos y enmarcarlos en una red de cifras y hechos que los sustenten.

Así podríamos diferenciar dos tipos de reportaje de investigación por una parte, la manera de proceder del reportero europeo y norteamericano: la exactitud de cifras y testimonios, el rigor con que presentan datos y hechos. Por otra parte, se deja entrever la manera de abordar una investigación del periodista latinoamericano: la necesidad de contextualizar los hechos, de ubicarlos en el ambiente, de describirlos a través de la personalidad de sus protagonistas, etc.

Pero como toda verdad tiene dos versiones, el marco en el que se ubicó este reportaje es muy complejo. Por un lado el sufrimiento de los secuestrados y sus familias, y por el otro el de los secuestradores, que eran victimarios de sus rehenes y, a la vez, víctimas del sistema al que habían sido condenados (o al que se habían auto-condenado) y del que son esclavos. García Márquez presenta la versión de los hechos contada por el gobierno: los extraditables no merecían ningún tipo de consideración y debían pagar por sus crímenes, por lo cual el gobierno no podía negociar con estos terroristas que buscaban ejercer presión a costa de inocentes; y la contrasta con la versión de los narcotraficantes: la policía atenta contra civiles que sospechan estén vinculados al narcotráfico, y el gobierno no ofrece una opción justa para la entrega de los extraditables.

De esta manera presenta las declaraciones tal cual se emitieron, y muestra hechos fieles a la realidad para que sea el lector quien saque sus propias conclusiones. Siempre mostrando las dos caras de la moneda “Sus amigos -incontables- han dicho que era una de las personas más inteligentes que han conocido… Sus enemigos dicen sin más vueltas que fue un germen de perturbación detrás del trono” (Noticia de un secuestro, pág. 89)

"En un buen reportaje puede no haber buenos ni malos, sino hechos concretos para que el lector saque sus conclusiones" dijo García Márquez en la revista Cambio 16. Pero en su obra puede verse un pequeño desliz de subjetividad, respecto a este punto. Aunque siempre escribe testimonios de terceros, hechos comprobables y nunca su opinión personal, la manera en que organiza y expresa dichos comentarios y acciones pueden orientar las conclusiones a las que llegue el lector hacia uno u otro lado. Ciertas referencias sobre Marina Montoya nos hacen pensar que es una mujer sosa, necia, egoísta y no muy brillante “Marina era sumisa a las leyes de sus carceleros, pero no era imparcial… llevaba y traía entre ellos comentarios maliciosos de pura estirpe maternal, y terminaba por armar unos enredos internos que ponían en peligro la armonía del cuarto” (Noticia de un secuestro pág. 72). Igual sucede con la imagen que nos hacemos del presidente César Gaviria, pareciera que sin emitir su opinión, García Márquez nos deja ver el aprecio que siente por Gaviria, catalogándolo como un hombre valiente, justo, decidido, etc. A pesar de que Nydia Quintero lo acusa de ser un bloque de hielo que no quiso evitar la muerte de su hija, y aún cuando muchos políticos consideran hoy en día que las muertes de Marina Montoya y Diana Turbay se hubieran podido evitar con una intervención a tiempo de Gaviria; el autor siempre habla de la amabilidad con que trata a todo el mundo, de su percepción y lucidez para la política, de su temple, etc.

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